miércoles, 8 de abril de 2009

Sobre la sentencia a Fujimori

Antes que nada, sí estoy de acuerdo con la sentencia. Era justa y necesaria, como dicen en las misas. Sólo pueden decir lo contrario los familiares de Fujimori; la portátil ignorante, desmemoriada y manipulable; los congresistas fujimoristas que le deben alabanza y gloria para eternizar sus sueldos astronómicos y ese sector del país que sucumbió a la prensa chicha y que vio el contraste económico inevitable entre la desolación del régimen de 1985-1990 de Alan García y la putrefacción con privatizaciones incluidas del régimen de 1990-2000 de Fujimori.

Ayer fue un día histórico para mi país. Fue un día de odio también, y no por el contenido de la sentencia, como mencionaba Keiko, la hija de Fujimori. Vi con indignación cómo la portátil fujimorista -esa parte lumpen de la sociedad peruana- tildaba de terroristas a los familiares de los chicos de La Cantuta, estudiantes universitarios como yo, y de esa pobre gente que tuvo la mala suerte de asistir a una pollada en Barrios Altos y resultar acribillada. Vi como les tiraban piedras al bus que los trasladaba. Vi a esa gente vestida de naranja comentar en la televisión que las víctimas eran terroristas. Vi a la congresista Chacón decir que cómo el juicio había probado que esas víctimas no eran terroristas. ¿Cómo un niño de 8 años va a ser terrorista, ¡por dios!? Sentí asco.

Fue un día de justicia también. Vi en el rostro de las señoras deudas que salieron en la televisión aquella parte de nuestra historia que no viví por ser muy joven, y no tener razón para entender las cosas. Vi el dolor humano del que se burla la señora Keiko cuando dice que estas personas fueron manipuladas por ONG's e instituciones de de defensa de los derechos humanos.

Ayer se dio un paso seguro hacia la democracia. El poder judicial recuperó algo de credibilidad, y creí, por un momento, que el país era viable.

Estimado lector: Si deseas comentar el artículo, ya sea de manera neutral, positiva o negativa, primero respira profundo, y luego critica libremente, pero sólo las ideas. No ataques a la persona. Demos muestras de que nuestro país es democrático y está desarrollándose.

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